Nuestros potros se crían, en nuestras posibilidades, libres. Nacen fuera en la manada, aunque sabemos las fechas aproximadas de nacimientos por ecografías de las yeguas. Las primerizas están mas controladas pero siempre intentamos de seguir en el fondo. Es fascinante, sobre todo para aquellos que no lo conocen, como otras yeguas miman y protegen a la madre con su potro, como yeguas preñadas están celosas de los potros y lo rápido que los pequeños tienen su sitio en la manada.
Aquí todavía mandan los instintos y dependiendo del tiempo o la luna algunas yeguas paren la misma noche o sobrepasan su tiempo. Los potros siguen con sus madres en la manada hasta cumplir los 6 o 8 meses. Después los separamos y se pasan a cuadras amplias hasta que las madres ya no tienen leche y no buscan a sus crías. El primer año dejamos las potras y los potros juntos en un coral, ya que son demasiados chicos para imponerse contra los grandes. Pero en primavera del segundo año, los separamos en grupos de machos y hembras, donde se crían hasta que cumplan al menos los 4 años y poco a poco entran en doma.
La vida en la manada les enseña de imponerse y someterse y hace de ellos caballos robustos y con muy buen carácter. Gracias a nuestro clima, los caballos viven fuera durante todo el año y aunque tienen sus techos para protegerse, casi solo los usan para comer y se les ve todos juntos fuera en el viento y la lluvia. En invierno echan un pello largo de ositos, que muchos que solo los conocen del verano, no se lo pueden creer. Así no tienen problemas con el clima del norte de Europa cuando alguno se cambia de hogar.
Aunque ahora suena, como si nunca los tocamos, no es así: desde chicos reciben todas las vacunas y deparasitaciones y les quitamos los típicos dientes de lobo. Estos controles son muy divertidos con los chicos y los añojos, pero con los mas grandes de 3 o 4 años es un trabajo duro para el personal. Las yeguas preñadas reciben aparte de las vacunas comunes, protección especial para sus futuras crías. Debido a la situación climática, no tenemos la posibilidad de criar los potros en pastos verdes durante todo el año, pero esto tampoco es la raíz del caballo andaluz ya que recibe su dureza y robustez de escasa crianza. Como todos los potros criamos con el fin de tener caballos sanos y duros para las rutas largas, damos mucha importancia en una alimentación completa desde muy chicos. Aparte de avena, minerales y vitaminas les damos alfalfa y heno, a veces comprado de muy lejos.
El éxito lo veamos todos los días en nuestros corales.